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Imatge
  Terrassa mala raça Un día ya lejano cuatro o cinco de Badalona, mejor dicho: que vivíamos en Badalona; la mayoría filolibertarios, amantes del jazz, modernos y marchosos, fuimos a Terrassa a escucharlo y resultó un poco decepcionante. Se presentó en solitario y interpretó algunos clásicos que nos hicieron el efecto de un muermo: Summertime, My funny Valentine, cosas así. Queríamos marcha, sin duda preferíamos el Corea infiltrado de rock, rumba y flamenco. De repente, en una pausa de los carraspeos, cuando se extinguen los aplausos y el artista parece invocar el más allá para acometer el nuevo tema alguien de la expedición se incorporó de la silla y vociferó: "¡Más marcha!". Corea movió la cabeza en la dirección del aullido y nos sonrió, mientras el auditorio, mala raça, emitía un enérgico siseo de desaprobación. Un poco abrumados por la reacción del respetable nos vinieron las risitas con las que por aquel entonces celebrábamos la provocación. El artista, sin perder la